11.9.05

Señor Osborn

El señor Osborn entra a su casa, cuelga el saco en el perchero de roble al lado de la puerta, apoya el maletín sobre la mesa del living y se dirige por el pasillo a la cocina. Un hedor fétido y putrefacto llena el ambiente, pero el señor Osborn entra con paso firme como si no lo notara. El epicentro del olor reside claramente en mitad de la cocina, emana de los restos de comida en descomposición y sobre todo del cuerpo sin vida que frío y blanco cuelga inerte sobre la silla al lado de la mesa.
El señor Osborn pone agua a calentar, saca una taza y un frasco de contenido oscuro y empieza a preparar el acostumbrado café de la tarde. La cocina esta poco iluminada ahora que se acerca el crepúsculo, pero todavía unos rayos de luz se filtran por la ventana y llegan arrastrándose hasta la mesa.
El dueño de casa, café en mano, se dispone a sentarse en la parte occidental de la mesa, no cambiando su expresión al situarse tan cerca del cuerpo oloroso y sin vida de su mujer. Toma pequeños sorbos de su taza, mientras piensa y reflexiona el por que de su fracaso matrimonial... se queda con expresión perdida por mucho tiempo. De repente se sobresalta y mira el reloj con cara de preocupado; se levanta, agarra el saco y el maletín y sale de la casa. Al cabo de unos momentos vuelve a entrar enojado consigo mismo, pensando que este acto reciente demostraba su culpabilidad en el fracaso de la relación: Le da un beso a su mujer, dice en voz alta y clara “Vuelvo al trabajo” y vuelve a salir, un poco mas esperanzado.

Julian Pani, 11.09.05

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Juli lograste marearme! que expocision de obras multifacetica! (si es que se dice asi). El Pelu diria que es muyyy chisstosso!!!

Anónimo dijo...

juli lograste marearme! que exposicion de obras multifacetica! el pelu diria que es muyyy chistoso!!