16.11.05

Vos y el mar.

En una roca cortante estoy parado, el mar furioso se agita cerca, me moja y a veces me empuja hacia atrás. Mi mandíbula tiembla descontrolada por el frió, observo tu cuerpo desnudo, ese cuerpo que alguna vez pensé que seria eternamente mío. Te miro con ojos de viejo amante, de amor corroído por tanto que el mar pasa sobre el. El mar, el mar golpeándome y desequilibrándome pero todavía te veo. Ya no puedo sostenerme, pero no puedo dejar de observar tu cuerpo, inclinado y dándome la espalda, y me subo a otra roca y burlando la tormenta te sigo mirando, aun cuando esa marea me alcanza y me arrastra mar adentro. Me aferro a la sólida piedra, todavía te veo sentada al borde de ella, descansando tus cabellos mojados en tus hombros desnudos. Pero sigues dándome la espalda, y ya no me importa sostenerme, no encuentro belleza en el mar ni en la luna que dicta mi sentencia, si no estas tu mirándome por sobre todos los defectos del mundo. Me imagino tu boca, tus labios finos y tu nariz perfecta, tus pechos de pezones en punta, todo lo pienso y me lo imagino mientras veo tu nuca y tu pelo mojado caído hacia los costados y tu columna marcada bajo la piel. Yo lucho por sostenerme, pero tú estas ahí sentada como si nada pudiese tocarte ni corromperte, sigues ahí con la mirada azabache perdida en los confines del horizonte.
El mar me traiciona igual que lo hiciste tú, esas aguas que tanto conozco y amo, el amor antes mutuo, pero ahora me arrastra hacia la muerte. Te veo a ti y las aguas de fondo, y el amor es el mismo y los sentimientos no varían, el mar no esta ni detrás ni delante de ti, sino que te atraviesa y pasa por tu cuerpo, se mezcla la belleza y es una sola que predomina por sobre todas las demás.
Y ya no hay de donde agarrarse, las algas son cómplices y resbalan, las rocas cortan y raspan, y el mar me atrapa caprichoso, y tu no oyes mis llamadas por sobre el ruido de las aguas que son tus latidos y tus penas que cantan. Siento la sal y la espuma inundando mi garganta, ya no me quedan fuerzas, me entrego al mar como hace tiempo me entregue a ti, parpadeo y siento como muero cuando todavía veo la superficie y tú de frente sonriéndome a la luz de la luna.

Julián Pani.
23/07/05

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